La historia del emprendedor invisible

La duda es tu peor enemigo

Había una vez un joven emprendedor que comenzó su negocio con mucho esfuerzo.

Su arduo trabajo y su capacidad lo llevaron rápidamente a convertirse en el mejor de su industria. Sus clientes lo respetaban, su trabajo era excelente.

Sin embargo sufría todos los meses para pagar sus deudas y tenía poco tiempo para compartir con la familia.

Era el mejor, sus clientes se lo reconocían, pero lo que cobraba por sus servicios a duras penas le alcanzaba para vivir, por eso tenía que trabajar más sacrificando a los seres que más quería.

Un día, mirando las vitrinas de la ciudad se dio cuenta que su imagen no se reflejaba en ellas, asustado entró a la tienda más cercana, buscó el espejo y no vio nada en él; era INVISIBLE.

Abrió el periódico local y encontró a un competidor, encendió la televisión y vio a otro en ella y se dio cuenta que en su afán de trabajar se había encerrado en su propio mundo.

Volvió a casa esa noche y notó que su perro no le movía la cola, su esposa lo saludó de lejos y los niños no se percataron de su llegada.

Se había convertido en un ser INVISIBLE, uno que por la rutina del trabajo en su afán de ser el mejor se había olvidado de muchas cosas. De hacerse notar.

¿Te suena familiar esta historia?

Puede ser la historia de millones de emprendedores que sacrifican sus vidas buscando ser los mejores y se olvidan que también tienen que ser los más visibles.

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No es una fábula, es la realidad misma.

Un saludo cordial.