manuelverdugo

3 consejos muy importantes para tu vida

Concéntrate en este mensaje:


Esta historia es muy importante que le pongas atención porque mucha gente toma decisiones mal apresuradas.

En un pueblito del interior una pareja de recién casados vivía de los favores de la gente. Un día al marido se le ocurre una idea:

—Mujer, quiero irme de la casa en busca de un buen trabajo para darte la vida que mereces, tal vez no venga luego, pero si te voy a pedir algo; que me seas fiel y yo te seré fiel y que me tengas paciencia, si regresaré—.

Entonces, caminó por muchos días, en uno de esos días se encontró con un hacendado que ocupaba un ayudante.

El aún muchacho, le pide trabajo al hacendado y este lo acepta.

Luego le pide hacer un trato a su jefe, quien acepta sin decir nada, pues el dinero le servía para generar intereses en el banco.

3 consejos muy importantes para tu vida
3 consejos muy importantes para tu vida

El pacto dice así:

—Por favor déjeme trabajar todo el tiempo que necesite, hasta que vea que ya es tiempo de irme a mi casa, con mi mujer, yo le buscaré un nuevo ayudante en ese momento de ser necesario para que trabaje en mi lugar y le pido que mi dinero lo guarde en el banco para que llegado el momento me lo de—.

Ya que se pusieron de acuerdo en las reglas de trabajo y en los beneficios que él aventurero pidió y que también le dijo que tendría su jefe, este joven muchacho lleno de energía se puso a trabajar por largos veinte años, sin tener días de descanso ni vacaciones.

Ya pasados los 20 años el ya no muchacho que en su momento de llegar la hacienda estaba recién casado le pide su dinero al hacendado para regresarse a su casa.

Su jefe accede, pues es lo justo y le dice: —Está bien; hicimos un acuerdo y te voy a cumplir, pero déjame hacerte un propuesta indecorosa ¿te explico?

Si te doy tu dinero te vas, así; sin más que decir, pero; también te puedo dar tres consejos, me quedo con el dinero y te vas a tu casa. No te doy ningún consejo si te doy el dinero o al revés.

Medítalo, ve a tu cuarto, lo piensas y me traes tu respuesta bien pensada—.

Lo pensó muy bien, sabía que su jefe era buen hombre y que sabía muy bien lo que estaba haciendo y que era buen consejero. Buscó a su jefe y le dice: —Quiero los tres consejos—.

El hacendado le volvió a recordar: —Si te doy el dinero, no hay consejos, o al revés.

El ya no muchacho que había llegado hace veinte años recién casado le respondió: —Quiero los consejos por favor—.

Entonces ya apunto de dejar de ser su jefe el hacendado le dice:

  1. Más vale malo por conocido que bueno por conocer. NUNCA tomes atajos en tu camino si no sabes por donde andas.
  2. Sabes que el gato tiene cuatro patas, no le busques más ni menos, no seas curioso.
  3. En momentos de odio y rencor tómate unos minutos para reflexionar en el problema, no vaya a ser que metas la pata.

Ya que le dio los tres consejos al señor, le dice:

—Toma estos tres panes, estos dos te los comes en tu viaje y este apártalo para que te lo comas junto con tu mujer—.

Así el señor se va a su casa de regreso, después de largos 20 años, lejos, apartado de su esposa que tanto quería.

Durante el trayecto ve a un hombre, lo saluda y le pregunta ¿para dónde vas? Él le responde: —voy a mi casa, queda a veinte días de aquí siguiendo este camino—.

El hombre le dice: —por este camino te ahorras diez días—.

El señor se contenta y se va por el atajo, luego de una hora se acuerda de lo que le dijo su ex jefe; nunca tomes atajos en tu camino, si no sabes por donde andas. Se regresó y tomó el camino largo.

En tres días posteriores supo que otro había tomado el atajo y la pasó muy mal, pues el dichoso atajo conducía a un sitio donde asaltaban; lo golpearon y le robaron toda su ropa. —De la que me salvé— dijo el aventurero afortunado, —ese atajo llevaba a una emboscada—.

En el viaje, en uno de esos días extraños que presientes que algo anda mal, cansado se mete a una casa que renta cuartos para turistas de paso por la orilla de la carretera.

Ya eran casi las diez de la noche y no se veía gente despierta, pero al rato salió una mujer con cara de pocos amigos, esta le abrió la puerta y lo recibió.

Sin preguntarle nada, cansado solo quería descansar, así que le pagó y se fue a tomar un baño para acostarse. Ya en la madrugada grande oye un grito horrible que le pone la piel eriza.

Se pone las chancletas y se va hacia la puerta para abrirla y ver que fue lo que pasó, tomó la manija de la puerta para abrirla y ya que la estaba abriendo, se acuerda de lo que le dijo el hacendado; no seas curioso. Entonces se devolvió a dormir.

En la mañana le preguntó al dueño de la posada en la hora del café si oyó el grito. El dueño de la casa de renta de los cuartos le preguntó que si no había sentido curiosidad de ver lo que había pasado y el viajante le dijo que no.

Tuvo mucha suerte e hizo bien en no asomarse, le dijo el señor con el que platicaba, en las noches viene una loca a gritar por aquí, cuando alguien se asoma y va a ver que pasó lo mata y se lo lleva para enterrarlo en el quintal para posteriormente irse.

El no tan joven continúa su camino, desesperado por llegar a su casa y ver a su mujer.

Al fin llegó a su humilde choza, ya era tarde cuando vio que la chimenea humeaba. Antes de llegar a su casa ve a su esposa con otro hombre, ocultándose por entre unos arbustos mira que su mujer le está acariciando el cabello al hombre, quien tiene su cabeza en las piernas de ella.

Mientras lo veía todo sentía ganas de salir hacia ellos a matarlos sin remordimientos.

Luego se acordó del último consejo que le dio el de la hacienda; en momentos de odio y rencor, tómate unos minutos para reflexionar en el problema, no vaya a ser que metas la pata.

Se acuesta a dormir allí mismo y a la mañana siguiente, ya un poco más calmado decide regresar a la hacienda para pedirle a su ex jefe que lo vuelva a aceptar, pero antes de eso quiere ir a decirle a su mujer que él siempre le fue fiel.

Ya en la puerta de la casa, toca la puerta, al reconocerlo su mujer lo abrasa del cuello con mucho cariño.

Como puede se suelta de ella y le dice sollozando: —¡cómo pudiste traicionarme? Yo te fui fiel siempre.

Entonces ella confundida le dice; —¿qué? Yo nunca te he traicionado, todo este tiempo te he esperado. Pero él no quiere entender y le pregunta; ¡entonces quién era el tipo al que le acariciabas la cabeza en la tarde de ayer?—.

Ella un poco molesta le contestó; —si serás pendejo, los años no pasan en balde, era tu hijo; antes de irte me dejaste preñada. Voy a creer que no seas tan inteligente como para haber visto que el muchachito que estaba ayer en mis piernas era 20 años más chico que yo, o sea; que tiene 20 años de edad.

Ya adentro de su casa saluda a su hijo y lo abrasa, para después contarle su historia mientras su esposa hacía la cena.

En el momento del postre se sienta con su mujer a comerse el último pan, justo como se lo había encomendado su ex jefe.

Después de agradecerle al señor todopoderoso por la comida y estar con bien junto a su familia, partió el pan y se fijó que había un extraño papel.


Ese papel era ni más ni menos que un cheque con el pago total por todo el tiempo que estuvo trabajando en la hacienda, al fin de cuentas el señor siempre le dio su pago por los veinte años de dedicación.
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